Si vives en una ciudad habitualmente visitada pro turistas probablemente reconozcas ésta situación: individuos o pequeños grupos escudriñando sus mapas, revisando las paradas de autobús o intentando descifrar las tablas del Metro.
La mayoría de nosostros no nos fijamos mucho en ellos, ya que solemos ir con prisa a algún lado o pensamos que ya se las apañarán o… que simplemente no es asunto nuesto.
Error.
Lo es.
No solo mejora la experiencia de los turistas en nuestra ciudad (lo que significa que probablemente les lleve a recomendarla a sus amigos para que nos visiten…y así empiezan un círculos virtuoso) pero aún más importante…
Cuando ayudamos a las personas, nos abrimos a oportunidades, normalmente imprevisibles.
Permitidme compartir una experiencia.
Hace algunos años estaba en un tren dentro de Barcelona de camino a mi Master en Supply Chain Management. Junio, buen tiempo, por fin Viernes y simplemente con la mirada perdida por la ventana.
A unos asientos de distancia, un joven estaba estudiando su mapa…y por su cara no parecía muy contento.
Sabiendo que casi estábamos en la estación final y que las conexiones desde ahí son bastante malas, me acerqué y le pregunté si le podía ayudar. Al principio rechazó educadamente mi oferta, pero cuando vio mi gran sonrisa y que el ofrecimiento era sincero…lo confesó: sabía cómo llegar a su destino pero tenía tiempo y prefería pasear.
Resumiendo, le ofrecí caminar conmigo un trecho y desde lo dejase tendría un paseo simple y directo junto una de las mejores playas de Barcelona:
Durante esos 20 minutos compartimos charla sobre el mercado laboral europeo (él es alemán) y situaciones comunes a nuestra generación. Lo dejé con mi número de teléfono por si necesitaba algo y no le di más vueltas: había sido un tiempo muy agradable y simplemente lo había disfrutado.
Para mi sorprisa, al día siguiente recibí un sms agradeciendome el paseo y consejos…e invitándome a un partido de fútbol esa noche!
Personalmente no me gusta mucho el fútbol, pero a mi pareja en aquél momento si le gusta…así que pedí si podíamos ir los dos. Resultó que sí era posible y nos lo pasamos genial tanto durante el partido como en la cena posterior, donde conocimos a más Alemanes amigos suyos.
Piénsalo: hay algo en la experiencia que creas que es raro? Algo especialmente fuera de lugar?
O por contra vas asintiendo, notando que simplemente es sentido común y fluir con la situación de compartir y ayudar?
Cuántas oportunidades detectas? Crees que hay algún beneficiado concreto o sólo es una oportunidad común para todos?
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Cazando Oportunidades 